viernes, 7 de noviembre de 2008

VERGÜENZA AJENA.

Hoy he cruzado una manifestación de trabajadores de UGT. Al pasar, un hombre con aspecto algo desmejorado me dió una octavilla que repartía por la calle. Al detenerme y conversar con él, me enteré de que era un indigente que nada tenía que ver con la manifestación, que de hecho no sabía de qué iba la cosa y que los organizadores de la manifestación le habían dado un taco de octavillas para que las repartiera. Evidentemente de forma gratuita. ¡Increíble! Todos los manifestantes haciendo corrillo, charlando, fumando, esperando el pistoletazo de salida para empezar a gritar las consignas, ociosos. Y mientras tanto, este indigente yendo de un lado para otro, repartiendo octavillas de forma aplicada. ¡Lo que me faltaba por ver! Un sindicato explotador... y además haciéndolo con la clase más desprotegida, los sin techo. Está claro que la izquierda ya no es lo que era, y que el egoísmo campa a sus anchas por todas las ideologías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario